Ponerse a llorar no es suficiente
Es como jactarse el rio de la fuente
Agua resbaladiza e inerte
Rebosante de tristeza de la mente
Llegar a reír no es más que tinta
De alegría pasajera venidera
Rocambolesca verdad no profana
Que acude en nuestra gana
Ponerse a escribir no es más que a pintar
Tampoco menos que arte que decencia
Es la calma y la tormenta, es virtud
Certeza nota que embarga alienta
Pero jamás verán los molinos sin aspas
Como quebradizas las rojizas alforjas
Que los destinos de un hombre
Labraran su propio camino
Y jamás una sonrisa y una lagrima
Firmarán en poesía versos un dia
Mas que el viento que azota
Escribe este infinito mundo en palabrota
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